Descripción
No es poco mérito ponerle nombre a un lugar. Es el caso de este vino, que fue el primero en usar Altamira en la etiqueta, elaborado con un viñedo originalmente raquítico a la vera del río Tunuyán. Con enología de Gustavo Rearte, la cosecha 2016 está en sintonía con el año: complejo, combina ciruela fresca con violetas y tomillo, entreverados con un roble presente como es estilo en la casa. Boca jugosa, con estructura justa y sabor franco, donde los taninos aprietan el paso y garantizan longevidad.
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